Filtros de Arena

Aunque en el lenguaje coloquial seguimos hablando de filtros de arena, esta denominación es cada vez más imprecisa y limitada. En realidad, lo que comúnmente llamamos “filtro” es un depósito contenedor de material filtrante, y su función no depende tanto del nombre como del tipo de carga filtrante que alberga en su interior.

¿Qué es un filtro de piscina?

Un filtro de piscina es un elemento indispensable del sistema de depuración. Se trata de un depósito presurizado por el que circula el agua procedente de la piscina. Su misión es clara: retener las partículas de suciedad en suspensión o las que se extraen al pasar el limpiafondos, devolviendo el agua limpia a la piscina.

Por tanto, independientemente del tipo de carga que se utilice, el objetivo siempre es el mismo: mejorar la calidad del agua eliminando sólidos en suspensión.

¿Por qué hablar de “filtros de arena” ya no es suficiente?

Durante muchos años, el material más común en el interior del filtro fue la arena de sílice, lo que dio origen a su nombre popular. Sin embargo, en la actualidad existen otras opciones de carga filtrante que superan en eficiencia a la arena tradicional, tanto en capacidad de retención de partículas como en durabilidad y sostenibilidad.

Al hablar simplemente de “filtro de arena”, estamos omitiendo toda una gama de posibilidades modernas, como Vidrio filtrante (como el AFM®): más eficiente, con menor necesidad de lavado y mayor vida útil.

El filtro no es un simple “filtro de arena”. Es una pieza clave del sistema de depuración, y su rendimiento dependerá en gran medida del tipo de carga filtrante que incorporemos. Conocer las opciones disponibles y saber cómo afectan al mantenimiento, al consumo de agua y a la calidad final del baño es fundamental para tomar una decisión acertada.

¿Por qué elegir filtros de arena para tu piscina?

• Alta eficiencia de filtración para partículas gruesas y medianas.
• Mantenimiento sencillo: solo requiere lavados inversos (backwash) periódicos.
• Durabilidad: con el uso de una buena carga filtrante, pueden funcionar durante muchos años con resultados óptimos.
• Económicos a largo plazo: bajo consumo eléctrico y bajo coste de recambios.

Son una opción ideal para quienes buscan una depuración eficaz sin complicaciones técnicas.

¿Cómo funcionan los filtros de arena?

El sistema de filtrado se basa en un depósito relleno de material filtrante (arena de sílice, vidrio, zeolita, etc.). El agua sucia entra por la parte superior del filtro y atraviesa la carga filtrante, que retiene las impurezas. El agua limpia sale por la parte inferior y regresa a la piscina.

Cuando la arena se satura de suciedad, se realiza un lavado a contracorriente (backwash) que invierte el flujo del agua y expulsa las impurezas acumuladas al desagüe.

Características principales de los filtros de arena

• Capacidad de filtración: entre 20 y 50 micras, dependiendo del tipo de carga filtrante.
• Tamaño del filtro: debe adaptarse al volumen de la piscina y a la potencia de la bomba.
• Tipo de válvula selectora: lateral o superior, permite funciones como filtrar, lavar, enjuagar, recircular, vaciar o cerrar.
• Tipo de carga filtrante: desde arena de sílice hasta vidrio filtrante premium (AFM®).
• Material del cuerpo: poliéster laminado o plástico inyectado; se recomienda el primero por su durabilidad.

Guía de Compra: ¿Cuál es el mejor filtro de arena para ti?

Recomendaciones según el tipo de usuario:

• Piscinas pequeñas (hasta 20 m³): filtros de 400 o 500 mm de diámetro.
• Piscinas medianas (30–40 m³): filtros de 500 o 600 mm.
• Piscinas grandes (40–65 m³): filtros de 600 mm.
• Piscinas muy grandes (más de 65 m³ hasta 130 m³): filtros de 750 mm.

Estas recomendaciones están pensadas para piscinas privadas y considerando un tiempo de renovación del agua de unas 4–5 horas.

Explicación de términos técnicos:

• Caudal: volumen de agua que el filtro puede procesar por hora.
• Backwash: lavado a contracorriente.
• Carga filtrante: material que atrapa la suciedad (arena, zeolita o vidrio).
• Velocidad de filtración: medida en m³/h/m², influye en la eficiencia y desgaste del medio filtrante.